Parejas en el laberinto.

 

Por Lily Montemayor

     En el transcurso de la vida en pareja cada uno tiene sus propias fantasías, y a partir de ellas puede crear su mundo interno basado en experiencias, historias, miedos y anhelos. Inmersos en el laberinto de la vida en común, pueden comenzar a aparecer algunos monstruos atemorizantes que impiden o dificultan explorar otros caminos en la relación, principalmente ante la ceguera del mundo del otro.

     Además de las expectativas de la pareja, también se encuentran las exigencias familiares y culturales, que desde el inicio pueden hacerse presentes en el laberinto de la vida en común.

     A continuación un extracto ficticio pero basado en frecuentes relatos de parejas que acuden a psicoterapia:

__Todo era genial, cuando imaginaba la ceremonia, la fiesta, el vestido, el viaje, me gustaba soñar como sería. Cuando se llegó el momento de llevarlo a cabo, ambos nos encontramos con algunos gustos y prioridades diferentes. Así que fuimos intentando ponernos de acuerdo. La boda fue el laboratorio experimental para predecir como iniciaríamos la aventura de estar juntos. En cuanto nos dimos a la tarea de organizarla, es decir, el lugar donde se llevaría a cabo, la comida que ofreceríamos y como pagaríamos, ¡oh sorpresa!, había que decidir, y fue entonces cuando nos dimos cuenta que cada uno tenía diferentes ideas de una boda en su cabeza, claro, cuando había alguna diferencia, a veces me surgía el siguiente pensamiento “ya lo convenceré después” pero se llegó el momento de convencer, había que elegir, y nos enfrentábamos con que quizá no solo había que convencernos el uno al otro, había que convencer a  las familias de ambos, que a su vez también tenían sus propios sueños y expectativas para nosotros.--

     Así como este ejemplo, existen otros de acuerdo al ciclo de vida de la pareja y las condiciones de ésta, desde la decisión de tener hijos o no, el número de hijos que desean tener, la educación, cómo se harán cargo de los hijos y la economía, el desarrollo de la vida profesional de ambos, el deseo y la sexualidad, la fidelidad y la confianza. 

     En el intento de vivir en pareja se reacomodan diferentes voluntades, pueden ante ello cederse aspectos de la individualidad en nombre del amor, también pueden verse involucrados en una ideología compartida que los hace enfocarse en un área del laberinto. Ambos pueden uno a otro someterse al encierro y a la limitación, es decir, acceder al deseo de control del otro. La creatividad y la flexibilidad en la pareja pueden ser vehículos para encontrar opciones de libertad y de reencuentro.

      En la pareja podríamos pensar que existe la opción del deseo individual y la satisfacción personal de deseos, versus, el deseo del otro y su satisfacción.  No obstante, al caminar por ese laberinto cada uno aporta sus pasajes, sus barreras, ansiedades y miedos, y para ello las soluciones pueden ser infinitas.

     En ocasiones la salida del laberinto puede verse limitada ante la ansiedad generada por el contexto, o mejor dicho, por la percepción propia sobre el contexto.  La búsqueda de soluciones puede verse enmarcada por el deseo de control o por la ventaja, y como resultado de las experiencias previas.  Las parejas pueden encerrarse en una cosmo visión de las situaciones que resulta propicia para el conflicto, y que complica encontrar otros caminos para poder andar y compartir la individualidad propia respetando la del otro en el laberinto de la vida en común.

     El laberinto es espacialmente finito, pero el recorrido interno es potencialmente infinito. El laberinto está adentro, en los diálogos internos, en lo consciente e inconsciente, y es tan infinito como la vida misma con todas sus elecciones.